En Proyecto ESPERANZA desde 1999 hemos acompañado en el proceso de recuperación y reconstrucción de sus vidas a 600 mujeres. Cada una de Ellas venía a España con un proyecto personal de construir un futuro mejor.
Algunas decidieron retornar a sus países de origen, la mayoría se quedaron en España. Todas son un ejemplo de la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de manera excepcional.
La resiliencia es la capacidad de resistir y recuperarse de situaciones traumáticas, seguir viviendo satisfactoriamente y crecer como persona. La resiliencia es producto de la interacción entre la mujer con su entorno, es un proceso que tiene que ver con la forma en que se reconstruye la historia vital donde la persona tiene la responsabilidad de edificar su propio destino. La resiliencia, contrariamente a la creencia de que es inusual, suele ser frecuente.
La mujeres víctimas de trata que nos encontramos en el Proyecto ESPERANZA han vivido experiencias extremadamente duras, sin embargo, muestran una capacidad resiliente que nos confirma reiteradamente el gran poder y fuerza de estas mujeres que decidieron migrar con el objetivo de construir un futuro mejor. Consideramos que uno de los elementos fundamentales de su capacidad resiliente se encuentra en el deseo de mejorar, aprender y desarrollarse como persona. Las muje res con las que nos encontramos tienen objetivos en su vida; en sus discursos se encuentra continuamente el deseo de apoyar a su familia en origen, de encontrar un empleo digno, de huir de la violencia, de disfrutar de una vida de bienestar.
En Proyecto ESPERANZA trabajamos para favorecer la capacidad resiliente de las mujeres. Desde el inicio de la intervención partimos de una mirada positiva sobre las mujeres reconociéndolas como personas fuertes, capaces, valientes, con problemas concretos en un momento concreto, con proyectos y posibilidades. Intentamos establecer una relación de aceptación fundamental, un vínculo humano, que permita el encuentro verdadero y deje emerger toda la capacidad y poder de estas mujeres.
El primer encuentro con la mujer es muy delicado y de gran fragilidad porque se inicia el establecimiento del vínculo entre la mujer y Proyecto ESPERANZA. Se busca transmitir que nos importa y concierne su bienestar, que estamos a su servicio y a favor de sus intereses; que no estamos para juzgarla. Le informamos sencilla y rigurosamente de sus derechos. Este mensaje se muestra en las actitudes, gestos, expresión corporal, tono de voz, palabras, sea cual sea la actitud y respuesta de la mujer. Se le explica que es Ella quien tiene la libertad de aceptar o rechazar ese apoyo. En dicho primer encuentro se comprende que la mujer no quiera hablar por diferentes motivos: puede ser por miedo, desconfianza, falta de comprensión, o porque, simplemente, no lo desea, y eso se acepta y respeta. Sin embargo, se le explica que el Proyecto está dispuesto a ser su red de apoyo y a acompañarla en retomar su proyecto vital, sea cual sea su decisión: permanecer en España o retornar a su país de origen.
Posteriormente, si la mujer decide ingresar en la casa de acogida de Emergencia, se le ofrece el tiempo y las condiciones necesarias para recuperarse físicamente, proporcionándole un espacio seguro donde restablecer el ciclo del sueño y equilibrar su alimentación. Asimismo, se le ofrece la posibilidad de acceder a un primer reconocimiento médico. Estos elementos son valorados muy positivamente por las mujeres que empiezan a creer que es posible el logro de sus aspiraciones. Además estos elementos constituyen la base para conseguir desarrollar la resiliencia.
Durante todo su proceso de recuperación personal las mujeres están acompañadas por un equipo de educadoras que intentan en todo momento ofrecerle acompañamiento de manera cercana y respetuosa con el período que atraviesan. Las educadoras reconocen, aprecian y se interesan por su persona, familia y cultura. Además, se utiliza el humor como una herramienta que facilita el encuentro y genera emociones positivas. Este acompañamiento tiene como centro la mirada en el futuro reforzando cada uno de los pequeños logros que van realizando y valorando siempre el poder de la mujer. Asimismo, se favorece que la experiencia vivida o las dificultades que se va encontrando en el camino sean reestructuradas como oportunidades de crecimiento y desarrollo.
El proceso de inclusión social y laboral que se ofrece en Proyecto ESPERANZA se centra en recuperar su proyecto migratorio, reconocer sus saberes, habilidades y capacidades, así como desarrollar sus potencialidades. Se utilizan las bromas y ocurrencias para facilitar el acercamiento con el fin de establecer relaciones de aceptación y respeto. En el acompañamiento para la búsqueda de empleo se le envía el mensaje de que Ella puede, se pone en valor sus pequeños y grandes avances. Uno de los elementos que se potencian desde esta área es la formación, pues facilita a las mujeres el establecimiento de redes sociales, propicia experiencias positivas e impulsa sus aptitudes, habilidades y destrezas.
Una de las continuas y reiteradas preocupaciones de las mujeres es su situación administrativa en España, situación sobre la que no tienen control.
Desde el Proyecto ESPERANZA se le ofrece un servicio de atención jurídica que le permite conocer y comprender su realidad, además de acompañarla en su proceso penal para el ejercicio efectivo de sus derechos. El tener información es valorado de manera muy positiva por las mujeres, pues les produce un sentimiento de confianza y bienestar el saber que se están buscando todas las formas posibles para ayudarla a conseguir sus derechos.
Desde la primera entrevista psicológica se exploran en la mujer sus capacidades, cualidades, las cosas que le generan bienestar, las metas, sueños y objetivos personales. Se intenta ofrecer un espacio psicoterapéutico donde la aceptación incondicional de la mujer esté presente. Se trabaja en el desarrollo de su autoestima y se favorece la utilización de sus propias estrategias y recursos para afrontar su proceso en España.
Se aprenden a reconocer y controlar las emociones de ira, culpa, miedo y tristeza potenciando la capacidad de desarrollar emociones positivas y satisfactorias. Durante la intervención se tiene en cuenta el valor de su bagaje cultural y el aporte que ofrece al país de acogida. Se reconoce y favorece la construcción de una narrativa positiva de las experiencias vividas a través de la reestructuración de sus pensamientos, creencias, espiritualidad y fe religiosa. Suelen afirmar que la oportunidad de encontrar personas que finalmente les brinden apoyo es una prueba de que el futuro puede ser positivo.
Las mujeres víctimas de trata que reciben apoyo especializado son supervivientes que transforman la experiencia del dolor en una experiencia de crecimiento y aprendizaje.
Son mujeres con una gran fortaleza que miran hacia el futuro y que tienen una elevada motivación de logro. Son mujeres resilientes que encuentran las mejores estrategias para conseguir hacer realidad sus proyectos personales.
No hay comentarios
Comentarios para Mujeres resilientes are now closed.