Con el fin de reconocer el valioso trabajo que se está haciendo desde los grupos auto-organizados de mujeres en su proceso de empoderamiento recogemos en este apartado un resumen del estudio Respeto y Relevancia: Apoyo a la Auto-Organización como Estrategia para el Empoderamiento y el Cambio Social elaborado por uno de los grupos autorganizados miembro de la GAATW (Alianza Global contra la Trata de Mujeres) en el año 2007, donde se recogen las conclusiones extraídas de la sistematización de las experiencias de los grupos auto-organizados en su relación y trabajo en el seno de la organización y con diferentes interlocutores externos.
http://www.gaatw.org/publications/Realizing%20Rights_ExSummaryFINALSpanish.pdf. (Traducido al castellano por Xisela Gurriaran Arias).
El término de grupos auto-organizados es empleado por la GAATW para designar a aquellos constituidos por mujeres supervivientes de la trata, trabajadoras migrantes, trabajadoras domésticas, trabajadoras sexuales y mujeres de ascendencia africana que trabajan sobre aquellas cuestiones en las que tienen experiencia directa. Actualmente existen alrededor de 15 grupos miembros de la Alianza que se caracterizan por trabajar temas relacionados con el empoderamiento y el cambio social y por abarcar identidades sociales especiales expuestas a la marginación, la estigmatización y exclusión social. En el año 2007, la GAATW, consciente de la importancia de estos grupos como herramientas de transformación social, decidió sistematizar las experiencias que estos habían ido transmitiendo de manera informal al Secretariado Internacional a lo largo de los años.
Fruto de este trabajo, y con la finalidad de reflexionar sobre cómo contribuyen los grupos auto-organizados al cambio social, al empoderamiento individual y colectivo; y cómo al brindarles un mejor apoyo desde la Alianza, las ONG y los donantes, fueron identificadas las siguientes cuestiones relativas a las mujeres, a los grupos auto-organizados y a las relaciones en el seno de la organización y con interlocutores externos.
Lo más valorado por las mujeres de los grupos auto-organizados fue la creación de redes sociales, la oportunidad de asumir nuevas funciones y obtener acceso y contribuir en procesos individuales y colectivos. Es decir, los grupos son espacios donde la opresión y la exclusión vividas se convierten en recursos de asistencia para otras mujeres donde adquieren nuevos roles sociales, confianza en sí mismas, habilidades y herramientas de análisis de la realidad, donde se pueden crear comunidades fuertes y dispuestas a ayudar fomentando, así, el sentido de la responsabilidad colectiva, donde las mujeres ejercen su derecho a participar y a ejercer influencia en el entorno, desde donde se pueden mejorar las condiciones de vida y de trabajo y construir una base de poder.
La auto-representación y la sensación de colectividad fortalecieron tanto la autonomía colectiva como la individual, siendo en este sentido la comunidad y la unión un medio para que las mujeres adquiriesen autonomía, dominio y control sobre su entorno.
Se hizo patente la necesidad de empoderar las relaciones internas dentro la GAATW y las alianzas con interlocutores externos, y se subrayó la necesidad de generar oportunidades para que las mujeres pudieran aprender de las experiencias que compartían con otras mujeres. En esta línea, se propusieron una serie de elementos como constitutivos de los grupos auto-organizados:
espacio donde compartir experiencias y luchas similares, intereses comunes e ideas sobre qué debería cambiarse e involucrarse como parte activa generadora de ese cambio; las actividades que se realizan han de tener un valor añadido
para la vida de las mujeres; el proceso de organización debe respetar las circunstancias de las mujeres, sus necesidades y aspiraciones; los grupos han de establecer asociaciones con interlocutores externos que las respeten y ayuden a conseguir sus objetivos; las mujeres deben tener acceso a los conocimientos técnicos y recursos para relacionarse con ONG y donantes; las
mujeres necesitan relaciones de apoyo, de potenciación dentro de la organización; acceso a recursos para las mujeres con un nivel de alfabetización y formación diferente.
Las ONG y los interlocutores externos han de respetar la voluntad y el esfuerzo de los grupos auto-organizados, y el derecho de las mujeres afectadas a ejercer influencia en ONG, a hacer cabildeo o presión política. Las reflexiones sobre este tema revelaron que la solidaridad en el trabajo con los interlocutores externos fue valorada muy positivamente. Sin embargo, el hecho de que estos no respetaran su función como proveedores de apoyo, al mismo tiempo que respetaban la autonomía y autoridad de los grupos auto-organizados en la toma de decisiones organizativas, dio lugar a fuentes de tensión. Por último, tanto los interlocutores externos como los grupos auto-organizados pusieron de manifiesto que lo realmente importante es cómo se brinda apoyo más allá del tipo que se da. Con el propósito de sistematizar, promover y potenciar el trabajo que se viene realizando por parte de los grupos auto-organizados y a la luz de estas reflexiones, se propusieron una serie de recomendaciones dirigidas a los grupos auto-organizados, ONG y donantes atendiendo a dos puntos fundamentales: por un lado “la necesidad de los donantes, de las ONG y de los interlocutores externos de analizar de manera crítica y reflejar sus propias asunciones sobre lascapacidades de los grupos auto-organizados” y por otro, “la necesidad de los donantes, de las ONG y de los interlocutores externos de respetar de manera sincera los límites de sus funciones para que, en última instancia, brinden apoyo en lugar de ser ‘directores’ de las iniciativas de los grupos auto-organizados”.
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