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El camino de la desvictimización

Sección Voces del mundo |  Tema: , , ,
Publicado el 30 de noviembre de 2011 | 9:30 am - No hay comentarios

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En esta sección ofrecemos un resumen extraído de la crónica de la sesión “Etiqueta de víctima” celebrada el día 6 de julio en el contexto de las Conferencias Internacionales organizadas por la GAATW (Alianza Global contra la Trata de Mujeres) tituladas Beyond borders: trafficking in the context of migrant, labour and women´s Rights, celebradas en el año 2010 en Bangkok, Tailandia.

Las ponentes que se hicieron cargo de esta sesión fueron: Julie Ham, del Secretariado Internacional de la GAATW; Warunee Chaiwongkham, del Programa de Autocapacitación para Mujeres Migrantes SEPOM (Tailandia); Iris Rodríguez, de Proyecto ESPERANZA (España); y Noushin Khushrushahi (Canadá).

http://www.gaatw.org/publications/IMCC2010_Report.pdf.

(La traducción al castellano es de Pablo Calero).

Julie Ham (SI GAATW) inauguró la sesión con una presentación titulada “Trascendiendo fronteras: análisis de los vínculos entre la trata y el género” (Beyond borders: exploring links between trafficking and gender). Una de las principales observaciones del documento de trabajo es que los discursos “anti-trata” aún siguen descansando en gran medida sobre ideas relacionadas con la vulnerabilidad de las mujeres, y no con sus derechos. Además, dichos discursos suelen percibir la vulnerabilidad como una parte inherente de la naturaleza de la mujer, en lugar de como un resultado del contexto de la persona. Actitudes como estas pueden conducir a que las medidas contra la trata sean más perjudiciales que beneficiosas.

Tanto los ponentes como los participantes debatieron sobre la forma en la que etiquetas como “víctima” o “persona objeto de trata” pueden acarrear consecuencias sociales tangibles (como habladurías, estigmas, desprestigio), consecuencias  económicas (tales como la predisposición de los empleadores hacia las personas objeto de trata) y consecuencias emocionales (por ejemplo, un aumento de la sensación de soledad, desesperanza, etc.). Algunos participantes señalaron que las etiquetas pueden mermar significativamente –entre otras capacidades– el poder, la autonomía, la dignidad y la seguridad de las personas.

Las denominaciones como “víctima” o “persona objeto de trata” suelen, además, estar asociadas con servicios sociales de asistencia y apoyo ya que, en ocasiones, las mujeres solo pueden solicitar apoyo si aceptan ser identificadas o “etiquetadas” como víctimas. Por ende, es necesario sopesar si la prestación de asistencia social a personas objeto de trata compensa las posibles consecuencias sociales que puede generar.


Sin embargo, Sarah Hunt (GAATW, Canadá) y Noushin (Canadá) señalaron que identificar a las personas como víctimas también puede capacitarlas cuando ello les permite revelar el abuso como una violación de sus derechos en lugar de como una situación socialmente aceptada.

Los/las ponentes y los/las participantes debatieron también sobre los usos estratégicos de la “etiqueta de víctima”. Cuando las etiquetas van asociadas con dinero o recursos –es decir, cuando solo se permite a las mujeres acceder a recursos si acceden a ser etiquetas de una determinada manera– algunas de ellas optan por aceptar temporalmente una denominación impuesta para
beneficiarse de ayudas como casas de acogida, o bancos de alimentos, o acceder a la regularización de su situación como inmigrante. Noushin Khushrushahi (Canadá) bautizó este fenómeno como “victimización estratégica”.

John Gee (Transient Workers Count Too, Singapur) añadió que los medios prefieren las ideas simplistas sobre víctimas a las historias positivas sobre migrantes: “La gente se siente cómoda al tratar con víctimas porque siempre resulta más sencillo recurrir a lo fácil, y verlas como personas suscita un gran número de preguntas complejas”.

Iris Rodríguez (Proyecto ESPERANZA) también puso de relieve el hecho de que las etiquetas conllevan diferentes graduaciones: por ejemplo, las mujeres tienden a considerar que las denominaciones de “persona objeto de trata” son excesivamente estigmatizantes, mientras que las de “víctima de violencia” pueden ser, en términos sociales, más aceptables y acarrear menos
consecuencias. Iris reflexionó sobre cómo unos antecedentes de trata pueden resultar problemáticos para la mayoría de los empleadores. En respuesta a esta situación, Proyecto ESPERANZA dedica gran cantidad de tiempo a analizar y elaborar con las mujeres cómo responder a las preguntas de los empleadores sobre su pasado y “gestionar” sus experiencias ante distintas audiencias.

Warunee Chaiwongkham, del SEPOM, compartió sus experiencias como mujer objeto de trata y relató cómo debió esforzarse en su comunidad para superar tanto la propia vivencia como el estigma y la vergu ̈enza que sufrió en su entorno. Ella y otros miembros del SEPOM pusieron de manifiesto que las etiquetas de víctima no reflejan la verdadera identidad, potencial y  humanidad de las personas.

Las etiquetas pueden interferir en el derecho a la dignidad y a la privacidad de las personas objeto de trata. Desde SEPOM exigieron sensibilidad y discreción a la hora de identificar a personas que han sufrido la trata y garantías de que los procesos de identificación no amenacen la dignidad de los individuos.

Todos los debates de las sesiones recalcaron el esfuerzo emocional y cognitivo que requiere la recreación de la identidad del individuo tras la vivencia de la trata y la resistencia a identidades “victimizantes” por parte de los demás (la comunidad, los servicios sociales, etc.). Para poder recuperase del trauma de la trata, acceder a recursos, y reintegrarse en la sociedad, las mujeres deben aprender a encontrar sentido a su propia experiencia y a “reconstruir” su historia protegiendo sus intereses y
su seguridad (es decir, aprender a preservar su privacidad).

Sabita, de Kolkata Sanved (India), habló sobre cómo la terapia de danza le ayudó a recobrar su identidad: “En la mayoría de los casos las personas como yo, las víctimas, no pueden expresarse con palabras, pero afortunadamente la danza no requiere este tipo de expresión”.

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